martes, 15 de septiembre de 2009

CURSO DE HERMENUTICA LECCCION 3

CURSO DE HERMENÉUTICA

LECCION 3

ORIGEN Y NATURALEZA DE LA BIBLIA

Al trabajar con la Biblia, debemos comprender que se trata de un libro especial, que tiene origen divino, cuyas páginas y letras contienen vida porque provienen de la inspiración divina.

Como seres finitos, no podemos conocer al Infinito fuera de la revelación que nos ha dado a través de Su Palabra. Él se hizo finito para facilitar una relación con nosotros e igualmente usó la letra para comunicarse con nosotros, desde la escritura del Decálogo en las tablas de piedra (Ex 31.18). La Biblia recoge por escrito todo aquello que es la Palabra de Dios, lo que Él ha querido darnos a conocer sobre Sí mismo y sobre nosotros también. Su Revelación nos habla de una manera lógica y comprensible.

Dios nos ha proporcionado testimonio directo de parte suya (1 Jn 5:9-12). Fue Dios quien a través de Su Espíritu inspiró las Escrituras (2 Ti 3:16; 2 P 1:21). Su origen es divino, y su naturaleza por ende también es divina. Dios reveló, Dios inspiró.

La Biblia no es un libro sencillo, a menos que tengamos al Espíritu Santo que nos habilita para interpretarla y entenderla. Pedro mismo, que caminó al lado de Cristo, menciona que en ocasiones se batalla para entender todo lo que Pablo escribió (2P 3:16). Si ese gran hombre opinaba así, cuánto más nosotros. Muchas cosas las podemos entender sin problema alguno, pero otras requerirán de esfuerzo y dedicación. Algunas otras serán imposibles de dilucidar (Dt 29:29). Donde Dios ha puesto oscuridad por servir a Sus propósitos, no tratemos de pasarnos de listos declarando claridad. Algunas cosas pertenecen a Dios únicamente y no está en nosotros entender a cabalidad todo. Dios revela de acuerdo a Su voluntad.

Un intérprete nunca debe apartarse por el camino de su propia sabiduría, haciendo a un lado la sana doctrina, y tampoco debe esclavizarse a la teología predominante. No podemos acceder a todo el pensamiento de Dios—el propósito de la hermenéutica no es rebuscar hasta forzar claridad a las partes que Dios ha determinado que permanezcan como un misterio, sino dejar bien comprensible el resto.

Uno de los puntos que presentan este tipo de duda es la pregunta: ¿cuándo será la segunda venida del Señor Jesús? Hay varias posiciones teológicas al respecto, pero lo cierto es que la Biblia no lo declara abiertamente, porque así lo determinó Dios. Él no quería que supiéramos con exactitud cuándo, sólo que sí ha de suceder. En este tipo de casos es mejor no dogmatizar, sino mantener una actitud abierta hacia las otras posiciones, aun cuando no concuerden con la propia. Dios probablemente dejó este asunto abierto porque diferentes personas necesitan distintas perspectivas.

Haremos bien en recordar las palabras de Moody: “ Donde la Biblia habla, yo hablo. Donde la Biblia calla, yo callo ” Esta es sabiduría a la hora de hacer una exégesis.

LECCION 4

No hay comentarios:

Publicar un comentario