martes, 15 de septiembre de 2009

CURSO DE HERMENUTICA LECCCION 18

CURSO DE HERMENÉUTICA

LECCION 18

HERMENÉUTICA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

INTRODUCCIÓN

A través de la historia ha habido teólogos que han querido hacer una dicotomía del Antiguo Testamento y el Nuevo. Sí existe una división, pero no una separación. La unidad de la Biblia y la revelación progresiva evitan que exista de hecho una disociación entre ambos testamentos.

Las posturas más comunes en este aspecto son:

La negación de toda validez del Antiguo Testamento.

Los que defendían esta postura (allá por el siglo II) afirmaban que el Antiguo Testamento ya no tenía validez para la Iglesia actual: era sólo para Israel.

El que defendió esta postura radical fue Marción (y los marcionistas). Él decía que era imposible que el Dios del Antiguo Testamento fuera el mismo que trataba ahora con la Iglesia. Se le calificó como hereje, y la Iglesia repudió su postura.

Sí hay distinciones entre Israel como un pueblo histórico de una sola raza, una sola lengua, una etnia; y la Iglesia como un grupo de gente de diversos pueblos, razas, lenguas y culturas, pero eso no invalida el antiguo Testamento.

Actualmente hay personas que piensan igual, y suponen que sólo necesitan contar con un nuevo Testamento en lugar de una Biblia completa. Sin embargo, tienden a apoyar ciertas cosas del Antiguo Testamento, lo que es una contradicción en la práctica.

La siguiente postura surgió como una reacción a la primera:

La alegorización del contenido del Antiguo Testamento.

Esta postura surgió en el tercer siglo. Se dijo que no se podía aplicar literalmente el Antiguo Testamento, por lo que se tomaría como una alegoría respecto a la Iglesia.

El libro más alegorizado de esta forma fue el Cantar de los Cantares, que se supone es dedicado a la Iglesia.

Esta postura fue avocada por Celso y Porfirio, que tenían antagonía hacia la Iglesia. Se usaba entonces sólo la alegoría para la interpretación del Antiguo Testamento.

Las iglesias alegorizaban casi todo, pero algunas verdades las querían tomar literalmente, trayéndolas a la Iglesia. Era una postura igualmente de incongruente como la anterior.

La circuncisión se alegorizaba y se tomaba como el equivalente al bautismo, mediante el cual la persona se convierte en parte del “pueblo”. Por ello se convirtió en costumbre bautizar a los bebés. Las iglesias luterana y episcopal se parecen mucho en esto a la iglesia católica, que alegoriza el antiguo Testamento para muchos efectos, especialmente en defensa de sus doctrinas.

Establecimiento de una dicotomía entre lo permanente y válido, y lo caducado del Antiguo Testamento.

Se mantiene que hay cosas en el Antiguo Testamento que eran temporales y otras tenían carácter permanente. Pero aún las temporales contienen principios y verdades aplicables a la Iglesia.

En el Antiguo Testamento se sacrificaban corderos; ahora nosotros somos un sacrificio vivo. Pero el principio que emana del Antiguo Testamento es que debemos presentarnos limpios, sin mancha—no después de haberle dado rienda a la hilacha.

El libro de Levítico era temporal, pero tiene enseñanzas para nosotros hoy. Hay cosas permanentes, que siguen vigentes y que no podemos hacer a un lado.

La mayoría de las iglesias evangélicas defienden esta postura, pensando que la iglesia llegó a ser en Pentecostés. El problema es distinguir entre lo permanente y lo temporal, pues a veces se toma algo temporal y se instituye como doctrina.

Reglas a aplicar para distinguir:

• ¿Cristo lo enseñó?

• ¿Los apóstoles lo enseñaron y practicaron?

• ¿La Iglesia del segundo y tercer siglos lo siguió llevando a cabo?

• ¿Se dirigió a un apersona específicamente, o se dio de forma general?

• ¿Es para observarse sólo exteriormente, o trae un beneficio espiritual y trascendente?

Un ejemplo es el lavado de manos—es un principio de higiene, pero no tiene una trascendencia eterna. No es una verdad espiritual, es una buena práctica de salud.

Toda la ley ceremonial terminó con Cristo. No tenemos que practicarla, pero hay principios y tipos que tienen trascendencia ahora. Son cosas que les sucedieron a ellos que son para nuestra enseñanza, como dice Pablo. Podemos ver muchos paralelos y notar muchas ilustraciones.

Lo radical sería descartar totalmente la ley ceremonial. Lo centrado es considerar que hay cosas permanentes que aún continúan, y temporales que tienen relevancia actualmente en cuanto a enseñanza y principios.

Se debe hacer una diferencia justa y clara entre lo imperecedero y lo pasajero, entre lo esencial y lo secundario. No siempre riñe lo esencial con lo secundario, a menos que hagamos de lo secundario algo esencial, o intercambiemos su importancia. Normalmente no hay que dejar de hacer lo secundario para cumplir con lo esencial; ambos son practicables.

Esta postura ha estado en vigor desde el inicio de la Iglesia.

ESTRUCTURA HISTÓRICO-TEOLÓGICA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

El antiguo Testamento no es sólo una colección de documentos, historietas y narraciones. Tampoco es una redacción meramente teológica de ese tiempo. Más bien es Palabra de Dios que se dio en espacio y tiempo con el pueblo de Dios.

Algunos puntos que lo demuestran:

• En el antiguo Testamento encontramos un monoteísmo radical. La iglesia católica, la evolución y la ideología humanista declaran que el hombre inició siendo politeísta y gradualmente llegó al monoteísmo, pero eso no es cierto. Para el hombre, en el principio, sólo existía Dios: único, creador, supremo.

• En el antiguo Testamento hay una ética cristiana a través de personajes como Adán, Abel, Enoc, Noé y todos los primeros hombres íntegros. Más tarde esta ética cristiana se relajó y cayeron en las faltas de los pueblos circunvecinos. Por ello se les advirtió vez tras vez que permanecieran fieles a Dios y no se contaminaran. Pero la ética estaba allí desde el principio. La voluntad permisiva de Dios les dio libertad de hacer mal las cosas, pero vivieron las consecuencias de sus malas decisiones. Dios no necesariamente está de acuerdo, pero otorga la oportunidad de elegir. El individuo tiene la capacidad de actuar libremente, pero tiene que pagar el precio de sus errores. Dios sanciona el pecado enérgicamente. Lamentablemente, lo que Dios estableció como prácticas éticas saludables y preferibles, el hombre lo ha desvirtuado actualmente.

• Hay una concepción teológica de la historia. Se ve a Dios actuando a través de la historia en los eventos de Israel y el resto de las naciones.

PAUTAS PARA LA INTERPRETACIÓN DEL ANTIGUO TESTAMENTO

• Para hacer una interpretación sana del Antiguo Testamento, hay que relacionarlo siempre con el Nuevo, de acuerdo a la unidad de la Biblia y la revelación progresiva.

• Discernir entre lo que tiene continuidad en el Nuevo Testamento y lo que ya caducó. ¿Qué hay en Antiguo Testamento que tiene seguimiento en el Nuevo? Y por el contrario, ¿qué del Antiguo ya no aparece en el Nuevo?

• Se debe considerar la diversidad y las limitaciones de las normas del Antiguo Testamento. El hombre creado a imagen de Dios tiene libre elección, creatividad, inteligencia; todo esto se ve en el hombre, pero tiene sus limitaciones también. No todo sobre lo que se regula en el Antiguo Testamento es parte de una ética deseable. Ex 21, Dt 15 nos muestran las reglas sobre los esclavos, pero la esclavitud no existía al principio. Dios la permitió por causa del pecado, pero el deseo de Dios es la libertad.

• Tomar en cuenta el fondo cristocéntrico del Antiguo Testamento. Aun en el antiguo Testamento, Cristo es el centro: no hay que perderlo de vista.

• La legitimidad y los límites de la tipología deben ser respetados. Hay que discernir entre un tipo y lo que es simplemente una comparación o algo parecido.

Por último, no debemos olvidar el uso que el Nuevo Testamento hace del Antiguo. Hay más de 300 referencias a textos del Antiguo en el Nuevo, sin tomar los pasajes citados textualmente. El Nuevo Testamento se basa en el Antiguo.

LECCION 19

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