martes, 15 de septiembre de 2009

CURSO DE HERMENUTICA LECCCION 1

CURSO DE HERMENÉUTICA

Lección 1

NOCIONES GENERALES

La palabra “hermenéutica”

El término hermenéutica proviene del verbo griego “ermeneu” ( hermeneu , transliterado al español), que significa “explicar, traducir e interpretar”. El Pequeño Espasa lo define como: “El arte de interpretar textos para fijar su verdadero sentido, y especialmente el de interpretar los textos sagrados .”

Su raíz es “erme”, relacionándolo con el nombre del mitológico heraldo griego, Hermes, portavoz de los dioses. A Hermes se le considera como el autor más antiguo de los principios de la comunicación.

El sinónimo de la hermenéutica es la exégesis “ecegesiz”, que significa “explicar, exponer, interpretar y dar a conocer” y proviene del verbo “ecegomai”. El pasaje clave de la Biblia que nos ilustra este término es Juan 1:18: “ A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer .” Jesús es la interpretación del Padre.

Albores de la hermenéutica

La primera interpretación bíblica que se registra formalmente se remonta a la época y al personaje de Esdras (su historia se halla en los libros de Esdras y Nehemías, en la Biblia). Antes de esto, sólo se leían textualmente los escritos, aunque era responsabilidad de los padres que sus hijos estuvieran versados en las cosas de Dios (Dt 6:4-7).

Nehemías 8:1-8 narra la ocasión en que Esdras y los levitas “ hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura ” (v. 7 y 8).

Este es un suceso histórico, pues el pueblo que fue llevado a la cautividad había regresado a su heredad y estaba escuchando por primera vez las Escrituras. Ellos no habían nacido en Israel, no estaban familiarizados con las costumbres y usanzas de sus antepasados, por lo que era necesario no sólo leerles, sino ubicarlos en el contexto de lo que la Ley y los Profetas decían. Los libros de Esdras, Nehemías y Ester son los últimos del canon cronológicamente hablando, por lo que todo lo demás sucedió en el pasado relativamente remoto del pueblo. Requerían de una explicación que les hiciera ver cómo se relacionaba la Palabra de Dios con ellos.

Prolegómeno

(Esta es una transcripción de un escrito de mi abuelo, Rolando Zapata Olivares, pastor, maestro y ávido estudioso de la Biblia). Hallándose escritos los libros de la Biblia en lenguas extranjeras, siendo muy antiguas y perteneciendo a épocas cuyos usos e ideas tanto se diferencian de las nuestras, se hace imperativa la exégesis bíblica, o sea, la interpretación y explicación de las Sagradas Escrituras. Entonces, la función de la exégesis bíblica es: (a) desentrañar y captar el significado de la Escritura, (b) y declararlo y exponerlo, (c) todo con juicio sano en cuanto a la verdad. Y entonces, el objeto de la exégesis bíblica es determinar y dilucidar el significado preciso que los escritores sagrados quisieron dar.

Por tanto, la exégesis correcta considera y requiere la contribución de todas las disciplinas de la investigación bíblica: (1) la crítica del texto, para fijar la redacción precisa del pasaje que se va a interpretar; (2) la lexicografía, para asegurar la traducción exacta de las palabras empleadas; (3) la gramática hebrea y caldea , o la gramática del griego helenista, para determinar la mutua relación de esas palabras; y (4) la crítica histórica, para establecer el marco histórico del pasaje, lo cual demanda toda la ayuda posible que pueda prestarle la arqueología, la geografía histórica y la historia, la literatura, las artes, las ciencias, la filosofía y la teología contemporáneas. Por ende, la exégesis íntegra supone y exige de quien la practica, no sólo vastos y profundos conocimientos históricos, sino también fina y sana sensibilidad religiosa y literaria.

Sin embargo, se puede alcanzar la competencia por los estudiosos capaces y sinceros que estén adecuadamente instruidos en los campos contribuidores. La pregunta única a hacerse es: ¿Cómo esperaba el escritor que los lectores originales entendieran sus palabras? La respuesta más sencilla es por consiguiente normalmente la mejor. La utilidad de una interpretación para los modernos propósitos doctrinales, éticos y devocionales no debe influir en el exegeta, que debe ocuparse solamente con lo que las palabras querían decir cuando se escribieron, y no con lo que desearíamos que comunicaran hoy en día.

Lección 2

No hay comentarios:

Publicar un comentario